
1. Puente de la Capilla
El Puente de la Capilla, o Kapellbrücke, es sin duda el símbolo más reconocible de Lucerna y uno de los lugares más fotografiados de toda Suiza. Construido alrededor del año 1365, este extraordinario puente de madera cubierto no solo es el más antiguo de Europa, sino también el puente de celosía más antiguo del mundo que sigue en pie. Con sus 204 metros de longitud actual, el puente cruza el río Reuss en diagonal, conectando el casco antiguo con la parte nueva de la ciudad.
Lo que hace verdaderamente especial a este puente son las 158 pinturas triangulares del siglo XVII que originalmente decoraban su interior, representando escenas de la historia de Lucerna y la vida de los santos patronos de la ciudad. Aunque un devastador incendio en 1993 destruyó dos tercios del puente y muchas de las pinturas originales, la reconstrucción fue rápida y meticulosa. Hoy en día, mientras caminas por el puente, puedes admirar las pinturas restauradas y sentir el peso de la historia bajo tus pies.
En el centro del puente se alza la Torre del Agua (Wasserturm), una estructura octogonal que ha servido a lo largo de los siglos como archivo, tesoro, prisión y cámara de tortura. Aunque la torre no está abierta al público, su silueta junto al puente crea una de las postales más icónicas de Suiza. Visitar el Puente de la Capilla al amanecer o al atardecer ofrece una experiencia mágica, cuando la luz se filtra a través de las ventanas del puente y los turistas son menos numerosos.